«La Saturación» se presenta como una condición especialmente distintiva y emblemática de la época actual, trascendiendo lo material para abarcar dimensiones culturales y perceptivas. Esta noción engloba tanto la sobresaturación sensorial como las consecuencias del consumo excesivo, evidenciando la pérdida de espacios de contemplación y el aumento de la desigualdad, la alienación y la crisis ecológica. La obra investiga este paisaje contaminado, revelando una «violencia lenta e invisible» que corroe el entorno y la vida cotidiana. En consecuencia, la saturación se erige como un rasgo ineludible en el retrato de la época contemporánea.
Vinculada al concepto de horror vacui, la saturación se despliega en múltiples estratos, desde lo tangible hasta lo cultural, fragmentando la atención y la memoria colectiva. Esta condición da origen a dos series de obras: La Peste y Lo Invisible. La Peste se centra en la acumulación de residuos visibles y su impacto en los paisajes, mientras que Lo Invisible examina fenómenos imperceptibles pero físicamente invasivos, como la contaminación radioelectromagnética, los olores y otras manifestaciones químicas y físicas que afectan nuestro ser. Ambas líneas buscan capturar los rasgos de la época desde una perspectiva única, no con la intención de romper deliberadamente con las convenciones, sino de ampliar lógicamente sus preceptos hacia tecnologías actuales y filosofías que reconfiguran las tradiciones pictóricas hacia formas expresivas híbridas.
En esta serie, abordo la saturación en su faceta de polución y contaminación de la naturaleza —plásticos, calentamiento global, residuos tóxicos, etc.— que, de forma acumulativa, transforma ciudades en vertederos, consumiendo paisajes enteros y dejando una huella irreversible de la intervención humana. Desde la pintura, exploro la hipótesis de la contaminación como una enfermedad planetaria, estableciendo una analogía entre la erosión del planeta y la degradación de la piel en enfermedades cutáneas —virales, bacterianas, fúngicas— y otras formas de corrosión corporal. Hablar únicamente de "daño ecológico" resulta insuficiente; siguiendo la hipótesis Gaia de James Lovelock, concibo la Tierra como un organismo vivo en crisis, en el que cada tonelada de CO₂ y cada partícula de microplástico son síntomas de una fiebre provocada por nuestra civilización.
La Peste, como parte de La Saturación, profundiza en una reflexión ecológica fundamentada en la hipótesis Gaia, presentando al planeta como un organismo vivo, saturado y enfermo a causa de la presión antropogénica. Esta propuesta dialoga con la advertencia pionera de Rachel Carson sobre el deterioro ambiental, subrayando la urgencia de asumir, de manera colectiva, nuestra responsabilidad frente a la crisis actual. A través de esta obra, busco evidenciar cómo la contaminación corroe gradualmente aquello que alguna vez fue noble, puro y limpio, estableciendo un paralelismo con otras formas de contaminación que afectan tanto nuestras mentes como nuestros cuerpos, como es el caso de la publicidad.
Concepto: Representa la degradación del mundo físico, mostrando cómo el paisaje —símbolo tradicional de pureza en la pintura al óleo— queda impregnado por elementos corrosivos característicos de nuestra época.
Esta serie investiga aquello que escapa a la vista, pero domina nuestras vidas: la saturación intangible generada por el bombardeo constante de estímulos tecnológicos —publicidad omnipresente, redes sociales absorbentes e información fragmentada— que invade nuestra percepción y distorsiona nuestra atención. Como advierte Guido Dorfles en El intervalo perdido, esta sobreexposición no solo daña nuestro entorno, sino que erosiona nuestros espacios internos de reflexión y conciencia. Vivimos en una realidad en la que los residuos trascienden lo físico y se acumulan en nuestras mentes a través de algoritmos invasivos.
Concepto: Materializa lo imperceptible, capturando visualmente la intoxicación sensorial y cognitiva provocada por esta contaminación invisible.
La saturación se expresa a través de dos series que, dialogando con la tradición pictórica, subvierten sus preceptos y reflejan nuestra realidad contemporánea. Tanto estas series como este mismo nodo de la saturación son susceptibles de ampliación.
